- ¿Crees que los alumnos pueden obtener conocimiento tomándose una selfie? Para los impulsores de UNOi, una empresa de servicios educativos de Grupo Santillana, eso es posible con un modelo integral de enseñanza que combina los elementos necesarios para que los estudiantes se vuelvan protagonistas en su aprendizaje.

“Los maestros deben convertirse en guías silenciosas que permitan que sus alumnos (…) descubran por su cuenta información y deben ayudarlos a tener una mentalidad y actitud orientada a la acción y a la generación de soluciones, más que a la memorización o repetición de conceptos”, señala Rodrigo Cosío, gerente de mercadotecnia de UNOi.

Si esto último te suena conocido, tal vez es por el slogan que utilizó la Secretaría de Educación Pública (SEP) para promocionar el nuevo modelo educativo para los niños mexicanos que iniciará el próximo ciclo escolar: “Aprender a aprender”.

 Pero como no son lo mismo, aquí te contamos de qué va el sistema de UNOi.

¿Qué es UNOi?

Es una empresa de Grupo Santillana dedicada a impulsar un movimiento de evolución educativa que permita a las escuelas actualizar sus prácticas para impartir una educación más relevante y significativa, en la que los estudiantes estén al centro y como constructores activos de conocimiento.

A partir de modelos en Finlandia, Corea, Singapur y métodos jesuitas, se inspiraron para crear uno que fuera acorde al contexto y realidad mexicana.

“Sobre ellos nos inspiramos. No copiamos el modelo, no íbamos a traer un modelo finlandés porque no tenemos papás finlandeses ni niños finlandeses, ni economía finlandesa”, dice Ernesto Núñez, gerente de contenidos.

¿Cómo funciona?

A través de tres componentes específicos: un método pedagógico acorde a las necesidades del futuro y que se adapta al contexto de cada escuela, contenidos atractivos y ambientes especializados, que sondigital, incorporando tecnología al aula; bilingüe, con una inmersión total del inglés, y maker, es decir se fomenta una cultura del hacer, producir y entender cómo está diseñado el mundo.

Rodrigo Cosío, director de mercadotecnia comenta que el método es significativo y transversal, es decir que capitaliza el conocimiento previo del estudiante con su aprendizaje en la vida real.

Ernesto Núñez detalla que los maestros empiezan la clase lanzando un problema o una situación cotidiana a partir de la cual se generan soluciones o conocimientos. Por ejemplo, se les pregunta “¿por qué te tomas selfies? ¿Por qué tu Instagram está llena de selfies?”, pero a partir de ahí ven matemáticas para medir las distancia; formación cívica, la conformación del ser, entre otras.

¿En qué se parece y en qué se diferencia del modelo de la SEP?

En que los dos buscan que los alumnos dejen de memorizar y empiecen a aprender, además de que ambos toman en cuenta las habilidades socioemocionales de los estudiantes y les dan autonomía curricular, tomando en cuenta el contexto en el que se desarrollan.

Se diferencian en que el modelo UNOi comenzó a aplicarse desde hace ocho años en escuelas privadas, tiene alianzas con organismos como Apple o Cambridge, que acompañan con elementos tecnológicos o certificaciones y evaluaciones que les hacen a los estudiantes para conocer su nivel y avances. Además de que proveen de capacitación y coaching a los docentes, que los orientan en la aplicación de la metodología.

También por la “transversalidad disruptiva”, dice Núñez, en la que unen los conocimientos de todas las áreas para generar aprendizaje.

¿En dónde se usa este sistema en México?

Actualmente trabajan solo en escuelas privadas en los 32 estados del país y cuenta con más de 115,000 estudiantes y 9,500 maestros. En estos colegios que adoptan el sistema, los padres de familia pagan alrededor de 4,500 y 5,000 pesos por año para que se implemente el modelo y UNOi les dé los insumos necesarios, como tecnología, capacitación y materiales (diarios de aprendizaje, apps, ibooks), por lo menos durante tres años.

José Carlos Dosal, director general de UNOi México, detalla que el modelo está en piloto en escuelas públicas de Puebla y Guanajuato, en donde una fundación buscó a UNOi y consiguió la inversión, mientras que el estado aportó la parte operativa (maestros, planteles) y la empresa los insumos tecnológicos, la capacitación docente y coaching.

También está implementado en Colombia y Brasil, con los enfoques propios a las necesidades de cada país.