La Reflexión pedagógica es el segundo de los retos y bajo este epígrafe, algunos temas pendientes desde hace tiempo y que cobran ahora especial relevancia y otros que aparecen nuevos, sobrevenidos. Fundamentalmente la necesidad de reflexionar sobre el “qué quiero enseñar” antes de decidir el “cómo” o el “con qué”. Y no parece mal momento para pensar más en competencias que en contenidos y desenmarañar de una vez por todas un currículo obsoleto que nos aboca a dedicarle tiempo a contenidos de poco valor en detrimento de conocimientos y competencias clave para la vida hoy y más clave todavía para la vida mañana.
A corto y medio plazo, parte de la respuesta a este reto pasa por mantener un alto nivel de coordinación y planificación docente tanto horizontal (para no saturar a nuestros alumnos con tareas en casa y poner el foco en lo realmente importante) como vertical (entre cursos y etapas o con el equipo directivo) entendiendo que ahora una casa con niños en distintas etapas es una casa que necesita coordinar equipamientos, horas y momentos de acceso, realización de tareas y logística familiar.
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