El tercer gran reto es el de la equidad, el de entender que no todos los alumnos ni todas las familias tienen los mismos recursos en casa (conectividad, ordenadores u otros dispositivos, capacidad de dar seguimiento a las tareas, etc.). Desde los centros educativos y las administraciones públicas se le deben ofrecer soluciones creativas y de urgencia a este tema, más allá del canal público de televisión con emisiones educativas, que vaya por delante que me parece una propuesta interesante.
Y pensando en no dejar a nadie atrás, en entender a cada uno, aparece otro gran reto, el de la atención a la diversidad propiamente dicha; a la diversidad de capacidades e intereses de nuestros alumnos, sea por sus dificultades de aprendizaje, sea por las circunstancias puntuales que les está tocando vivir a muchos de ellos. La tecnología nos ofrece nuevas posibilidades de personalización del aprendizaje y esta situación que vivimos nos está dando muchas lecciones a este respecto.
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